sábado, 27 de febrero de 2016

Femme Fatale

No te puedo prometer lo que nunca supe dar. A mi lado, olvídate de cuentos de hadas, prepárate para la vida real. No soy bueno cumpliendo deseos, olvídate de los aniversarios, prefiero los besos robados que rodados, nada de caricias a la luz de las velas, nada de esos besos. Te prometo risas de esas que solo tú y yo entendemos, te prometo besos infinitos de huidas imposibles, te prometo quemar la ciudad de noche en noche, te prometo que te vas a enamorar, te prometo hacerte olvidar todo lo demás. Ahora pensarás que estoy loco, que soy un inestable emocional de esos que se han puesto de moda, y sencillamente, es lo que busco: una inestable mental que le dé compañía a mis locuras. Alguien que no le dé miedo salir corriendo, alguien tan valiente que tenga narices a no serlo, busco un diamante en bruto que perfile mis curvas hasta hacerlas rectas, busco alguien con carácter, no busco perfección, solo quiero enfados injustificados llenos de las reconciliaciones más dulces. A mi lado, olvídate de mensajes, solo miradas; nada de despedidas, solo encuentros; nada de lágrimas, solo suspiros. Que suspires por mis labios es lo que quiero, yo prometo estar cada noche en tus sueños. Necesito tacones de aguja que se conviertan en Converse®, minifaldas que puedan ser pantalones, el alma de un león, el cuerpo de porcelana; sangre, transformada en lava. Uñas largas, que lucen, que arañan, pisando fuerte, que tiemble el cielo; que el infierno, siempre fue tuyo. Miradas que matan, que arrebatan. Corazones suicidas encadenados a un alma, de por vida. Labios perfilados de sangre, la que cae por tus colmillos de vampiresa, que huya el Conde Drácula, que llegó la Condesa. Por fuera de lo más normal, por dentro, femme fatale. ¿Quieres firmar?

domingo, 14 de febrero de 2016

Fechas.

El año tiene muchas fechas. Días importantes desde siempre como tu cumpleaños. Días trascendentales como cualquier lunes de cualquier mes de todo el año. Días a los que otorgamos importancia como los aniversarios. Días a los que tememos y no sabemos bien el porque, como el viernes o el martes trece. Días a los que asociamos palabras como: Lunes y depresión, Viernes y felicidad, Sábado y diversión. Y días que simplemente hemos creado como: Halloween, Carnaval o San Valentín; y que para bien o para mal esperamos durante todo el año. Alguna vez habéis pensado si cualquiera de esos días se cambiara de sitio que pasaría. Si tu hijo naciera un martes trece para tu familia sería un día muy feliz, pero el resto del mundo estaría muerto de miedo y lleno de supersticiones. Si algo malo sucediera en Halloween o en carnaval o en San Valentín, todo el mundo deseando que llegue ese día y alguna persona en el mundo solo deseando que pase lo antes posible. Si tienes ganas de llorar un viernes, si ha sido el peor día se la semana, ¿quién te obliga a ser feliz? El año esta lleno de fechas, más o menos importantes, más o menos dolorosas, pero al fin y al cabo son solo eso números. El año no son números, son personas, con sus altos y bajos, con sus risas y lágrimas, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Y realmente es indiferente si naces un martes 13 o un miércoles cualquiera, si te casas un sábado y te divorcias en San Valentín, realmente son días que pasan y que preceden a otros mejores o tal vez peores. Pero lo importante de todo esto no son las fechas si no como las vivimos y como sabemos aprovecharlas.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Inversamente proporcionales

Hay veces que sentimos que la vida nos sobrepasa, sentimos que a todos les va genial menos a nosotros. Hay veces que nos gustaría haber empezado el año un mes más tarde, solo para ver si las cosas iban un poco mejor. Hay veces que queremos hacernos muy pequeños, microscópicos para terminar siendo invisibles, e irnos despacito, de puntillas sin que nadie se de cuenta; lo irónico es que a pesar de querer ser tan pequeños, por dentro llevamos el grito más grande y más potente ahogando nuestro cuerpo, y al final termina por no dejarnos respirar. Es imposible hacerse tan pequeño así que nos basta con coser nuestros labios y simplemente dejarnos ver invisibles. Ese grito se termina agarrando a la garganta en forma de nudo, y provoca millones de lágrimas, te lo terminas tragando y al final es mayor el dolor del estómago que el de garganta. Pero a veces, solo a veces, ese grito sale de ti con una fuerza descomunal, y eres capaz de redirigirlo en forma de optimismo, y te das cuenta de que aunque te sientas débil y frágil, eres fuerte, eres valiente y simplemente eres capaz de todo. Así que simplemente le sonríes al espejo, te recuerdas que después de la tormenta siempre llega la calma, que las cosas no son blancas o negras que a veces simplemente son grises, y que detrás de todas esas vidas afortunadas hay un corazón aún más destrozado que el tuyo. La felicidad es muy peligrosa, tiene un poder descomunal, ya que siempre te termina pasando factura, si eres feliz no dudes que dentro de poco dejaras de serlo. Así que ahora hazme un favor y sonríe, porque si estas triste, destrozado, con ganas de ser invisible, es porque antes has sido muy afortunado, has logrado ser feliz. Y es que el dolor es inversamente proporcional a la felicidad que has sentido y viceversa, así que no te preocupes que la felicidad no tardara en volver a llegar.